Cuba renunció a su poder y con un buen juego estratégico venció ayer 3-1 a Estados Unidos con una gran labor del lanzador Adiel Palma en la final del torneo de béisbol de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.
Los cubanos llegaron a 10 triunfos consecutivos desde que ganaron la medalla de oro en Cali71, al apoyar a Palma con un ataque de 10 hits y ofensiva oportuna.
Palma trabajó siete entradas y dos tercios con apenas cuatro imparables permitidos, nueve ponches y una base por bola, y se convirtió en el héroe del duelo al detener al rival que venía con buen nivel después de ganar todos sus anteriores partidos.
El manejador cubano Rey Vicente Anglada sacó jugo de la velocidad de su equipo y sus habilidades, y así cambió la tendencia de una selección que en las últimas décadas había sobresalido por su bateo de largo alcance.
En la tercera entrada, los caribeños aseguraron el triunfo ante el abridor estadounidense Jacob Thompson, con sencillos de Giorvis Duvergel y Yoandry Urgellés.
Estados Unidos, único invicto de las eliminatorias, mostró un buen béisbol, pero tuvo pocas oportunidades ante el dominio de Palma; se sacudió la blanqueada en el cuarto capítulo con un carrera por doble de Jordan Danks, toque de sacrificio de Logan Forsythe y sencillo impulsor de Justin Smoak.
EN EL PODIO
Para completar la premiación, las medallas de bronce fueron para las novenas de México y Nicaragua.
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