No fue el SPI. El jugador chileno Isaías Peralta aseguró, tras los incidentes que derivaron que fuesen detenidos todos los jugadores de su selección, que a él le aplicaron descargas eléctricas, de las que enseñó las marcas, y que después le golpearon "entre 10 policías".

Peralta explicó que los incidentes comenzaron cuando él y sus compañeros fueron, como suelen hacer en el torneo tras los partidos, "a dar autógrafos a la gente que estaba detrás del bus" para "devolverles el cariño" que les están dando en Canadá a lo largo de la disputa del mundial Sub-20, en el que cayeron en semifinales contra Argentina (0-3).

"Entonces, los policías empezaron a echarnos y ahí comenzó toda la trifulca. Ellos tenían que protegernos, no golpearnos", dijo el futbolista chileno.