Un don divino. Desde niño, Carlos Fonger descubrió que tenía un don especial para el dibujo y la pintura. Una de sus maestras se dio cuenta de esto y dijo que algún día él sería alguien importante. A su corta edad, David no estaba interesado en nada referente al arte.

A medida que fue creciendo, David se fue por el mal camino, las malas amistades lo indujeron al mundo de las drogas, a tal punto que un día fue a parar a la cárcel. No obstante, allí tuvo un encuentro con Dios. Desde ese momento, la vida para este joven comenzó a cambiar para bien. El amor de Dios y su familia jugaron un papel muy importante en su recuperación, y con la ayuda del pastor de su comunidad, logró poco a poco, salir de ese mundo de tinieblas.

TESTIMONIO DE VIDA

David no se apena de su oscuro pasado, pues hoy es una nueva criatura en Cristo, que puede dar testimonio de fe, de que para Dios no existe nada imposible. Recuperado de todos sus problemas, encontró el amor que había olvidado por la pintura.

AUTODIDACTA

Entre lienzos, pinceles, acuarelas y tubos de pintura, Fonger pasa su tiempo pintando cuadros de todo tipo. Muchas de sus obras se basan en pasajes bíblicos del libro del Génesis y de las vivencias que ha tenido a través de su vida. Además, le gusta pintar el alba y todo lo relacionado con la claridad.

ARTESANO

Por si fuera poco, también se las ingenia para elaborar lindas artesanías, las que vende a muy buenos precios. Este joven tiene como planes futuros viajar a otros países para aprender de las demás culturas. Además, piensa ser pastor en la iglesia donde se congregan él y su familia.

TRIUNFADOR

Tiene una asociación donde ayuda a jóvenes con problemas de drogas.