"A mí me dieron buenas nalgadas y no me morí por eso". A la hora de criar a los hijos, cada padre decide qué vía es la más correcta.
Por lo general, se basan en sus experiencias pasadas y en los principios actuales. Algunos tutores piensan que la manera como los educaron va a ser la más adecuada para los chicos. Otros prefieren brindarles una manera de disciplina distinta a la que ellos recibieron.
En el caso de las "nalgadas", actualmente hay quienes las perciben como acto de violencia o maltrato. Contrario a esto, muchas personas creen que unas cuantas no le hacen daño a nadie, incluso son de beneficio para disciplinar a los hijos.
Al final, los golpes, así sea que sean con cariño, nunca son guardados como un buen recuerdo. Por lo que puede causar algún efecto negativo en el niño.