Bajo la sombra del Omnipotente
lex Valentín Ayola Martínez. (Foto: Alexander Santamaría / EPASA

Rubén Polanco | DIAaDIA

Su negocio está bendecido por Dios. Alex Valentín Ayola Martínez, de 37 años, es uno de los humildes panameños que de manera independiente se gana el sustento diario, sin hacerle daño a nadie.

Y es que este caballero, que creció en calle J, Paraíso, labora vendiendo frutas en San Miguelito, a un costado del Banco Nacional de Panamá.

Su peregrinaje en estas lides de la economía informal requirió de sacrificio y mucho esfuerzo. Comenzó vendiendo suéteres, gorras y perfumes en un puesto que tenía cercano a su actual lugar de trabajo, cuando apenas tenía los 18 años.

Con el paso del tiempo, su negocio fue decayendo, pero él no claudicó. Decidió dedicarse a la venta de frutas con la esperanza de mejores días, y la fe que ha tenido hoy rinde sus frutos.

Las ganancias representan el sustento diario de su cónyuge y dos hijas, de 15 y 17 años, quienes estudian en la escuela secundaria.

Admite que el trabajo cansa, agota mucho, pero no hay de otra, como hombre humilde es la única opción para sobrevivir y sigue adelante.

Todos los días madruga para ir al Mercado de Abastos a buscar la mercancía. Labora de 6 de la mañana a 8 de la noche, bajo la lluvia o el sol.

Luego de eso, otro empleado le atiende el puesto hasta que amanece. Pero, además, su negocio es familiar, ya que su padre y hermano trabajan con él en el día.

Su meta es comprarse un auto pick up para traer las frutas del mercado, debido a que le cobran hasta 10 dólares de acarreo cada día.

BENDECIDO

Alex es evangélico y se congrega en el Templo de Oración y Alabanza de Caimitillo Centro, lugar de residencia.

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