El coclesano Fermín Pinzón, de 42 años, sufrió un accidente en 1999 cuando se dirigía a su trabajo, que le cambió su vida y lo envió directo a una silla de ruedas.
Su empeño en superarse lo motivo a buscar una manera de ganarse la vida honradamente, y desde su silla de ruedas inició un negocio de vídeojuegos.
Antes tuvo que pasar por muchas terapias y hospitales. El pie derecho lo tiene inmóvil, sus manos no son fuertes; las piernas sufrieron fracturas múltiples y una tuvieron que amputársela. También tiene problemas con su cadera.
Con tres hijos y divorciado, Fermín no se rinde y atiende sólo el negocio, al que acuden jóvenes que lo mantienen motivado a seguir adelante.
Pero ahora, en su local necesita una computadora para así sacar adelante su negocio, que le deja unos cinco dólares de ganancias diarias, para mantener el local y toda su familia.
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