Rehabilitar, orientar y preparar vocacionalmente a los jóvenes en riesgo social y en conflicto con la ley, es el norte de la escuela Vocacional de Chapala.

A pesar de la educación que reciben estos jóvenes, es muy difícil saber cuántos se rehabilitan, pero se estima que un 80% logra cambiar su vida, dijo el padre Gustavo Giraldo, director de la escuela de Chapala.

APROVECHO

Después de estudiar mecánica automotriz en Chapala, Luis Pimentel encontró el camino correcto que le hacía falta en su vida.

Por ser un joven rebelde, su mamá decidió matricularlo en esa escuela, allí aprendió a cambiar su conducta y un oficio.

Actualmente es todo un profesional. Luego de su salida del plantel, prácticó en los talleres de una de las empresas más reconocidas en la venta de autos, de allí pasó a trabajar en otro taller, donde se gana la vida honradamente.

En Chapala, los estudiantes dan clases en talleres de mecánica, chapistería, soldadura, repostería y muchos otros oficios. Además, los maestros les enseñan hábitos de convivencia, ya que la mayoría de los estudiantes vienen de hogares desintegrados o tienen problemas con la ley.

El 88% del presupuesto de la escuela proviene del programa de la confección de las placas vehiculares.

ESTUDIANTES

212 internos y semi internos, y 16 de la escuela primaria, es la población estudiantil de Chapala.