He aquí una historia que nos hace reflexionar sobre la confianza que tenemos en Dios y cómo para Él no hay nada imposible. Depende de quién son las manos. Una pelota de basquetbol en mis manos vale 19 dólares. En las manos de Michael Jordan vale 33 millones de dólares. Depende de quién son las manos. Una pelota de béisbol en mis manos vale 6 dólares. En las manos de Marck McGuire vale 19 millones de dólares. Depende de quién son las manos. Una vara en mis manos podrá ahuyentar a una fiera salvaje. En las manos de Moisés hará que las aguas del mar se separen. Depende de quién son las manos. Una honda en mis manos es tan sólo un juguete.
En las manos de David es un arma potente. Depende de quién son las manos.
Dos peces y cinco piezas de pan en mis manos son unos emparedados.
En las manos de Jesús alimentarán a una multitud. Depende de quién son las manos.
Unos clavos en mis manos serán suficientes para construir una silla. En las manos de Jesucristo traerán salvación al mundo entero. Depende de quién son las manos.
Coloca tus aflicciones, tus preocupaciones, tus temores, tus anhelos, tus sueños, a tu familia y a tus relaciones personales en las manos de Dios, porque recuerda de quién son las manos.
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