Wilfredo Gómez, el joven que recibió un balazo en la boca y que le salió por la nuca el pasado 26 de junio cuando estaba cerca del cuadro de fútbol en Curundú, acudió ayer a la recepción de denuncias de la Policía Nacional para interponer su queja, porque asegura que quien le propinó el disparo fue un policía.

Ese día vio cuando las unidades trataban de desalojar a las personas que pasaban un rato con música, venta de comidas y cervezas; llegaron disparando al aire, pero uno de los miembros de la Policía le apuntaba y fue quien le disparó en la boca.

La mandíbula se le quebró y ahora tiene en su boca un aparato que le ayuda a sostenerla. Este joven se presentó ayer después de 20 días del incidente ante las autoridades a poner su denuncia para que se investigue al policía.