Lucha contra la adversidad
Roberta y su humilde familia viven en el sector 18 de Pan de Azúcar. Pide ayuda con la luz y el tratamiento de sus hijos. (Foto: Mirna Rogers / EPASA)

Marlen Pérez | DIAaDIA

Pese a todas las circunstancias, la sonrisa en el rostro de Roberta no se ha borrado.

A sus 60 años de edad, Roberta Morales ha pasado de todo un poco en esta vida. Con sus canas que denotan sabiduría, su singular manera de hablar hasta el cansancio y esos ánimos de seguir adelante, ha vivido siempre junto a sus hijos, que nunca olvidan que deben ayudarla.

Comenta esta agradable mujer que, a muy corta edad, fue casada con el padre de sus hijos, quien poco después falleció dejándola sola a la merced de miles de contratiempos, como varias operaciones producto de problemas en los ovarios y matriz; complicaciones que tuvo después de seis partos.

Según Roberta, al verse totalmente sola, tuvo que dejar a tres de sus hijos donde sus hermanas en el interior del país, quedando en su humilde casita con Roberto, Jorge y Luis, los dos últimos padecen desde pequeños trastornos mentales. Lavando ropa de sus vecinos, planchando y hasta cocinando ajeno, de todo hizo para mantener a sus hijos. Roberta agradece mucho a Dios, que con tratamientos ha podido sobrellevar los problemas de sus hijos y aunque sea con la venta de hierro, latas de aluminio y arreglando televisores, la ayudan a llevarse algo a la boca y descansar conformes. Hace dos años, pudo hacer su casa por medio del programa PARVIS, por eso lo único que desea, además de un trabajo, es colocar la luz en su vivienda. El próximo miércoles se reunirá con el Alcalde del distrito para que le ayude a solucionar este problema.

CONTAGIOSA ALEGRIA...

Pese a los contratiempos, jamás deja notar las penas que los años le han traído.

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