Recuerdo bien, cuando apenas era un niño, que mi padre me llevó al Estadio Juan Demóstenes Arosemena (JDA) a ver un juego entre los equipos de Los Santos y Panamá Metro, en una versión del Campeonato Nacional de Béisbol Mayor.

En aquel partido, había gente por todos lados animando a su novena favorita.

La murga y el tamborito se escuchaban por el lado de la barra santeña, mientras que la tumba, los timbales y la campana no dejaban de sonar por el lado de los metropolitanos.

Ese día se vivió un verdadero carnaval.

Precisamente ayer volvió a mi memoria ese viejo recuerdo, cuando me encontraba en el "Gigante de Cabo Verde" observando el partido que disputaban Panamá B e Islas Vírgenes, en la inauguración del VIII Campeonato Latinoamericano de Béisbol Preintermedio.

Aunque no había un lleno espectacular como en ese viejo recuerdo, el carnaval se hizo sentir en las gradas, gracias a un grupo de fanáticos de Panamá B, que no dejó de sonar la tumba, los timbales y la campana.

Era fantástico observar que el "Gigante de Cabo Verde" había despertado, a pesar de que aún le faltan muchas cosas por mejorar.

De lo que pude ver, comprobé que el Instituto Nacional de Deportes (INDE) envió a sus trabajadores para que pintaran las gradas de sombra, con el objetivo de darle la bienvenida a este torneo internacional.

En realidad, es bueno saber que ya se está trabajando para revivir un coliseo de tanta historia.

Ahora sólo falta pedirle a Dios para que en el 2008, esté listo para que se vuelvan a vivir los Campeonatos Nacionales de Béisbol Juvenil y Mayor.