
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás Alderete culminó el recorrido de la carrera.
Foto Anayansi Gamez
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás Alderete culminó el recorrido de la carrera.
Foto Anayansi Gamez
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás Alderete culminó el recorrido de la carrera.
Foto Anayansi Gamez
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás Alderete culminó el recorrido de la carrera.
Foto Anayansi Gamez
Tomás fue acompañado por su mamá durante toda la carrera.
Foto: Anayansi Gamez
Tomás Alderete culminó el recorrido de la carrera.
Foto Anayansi Gamez
Bueno, cuando sientas que los obstáculos de la vida oscurezcan tu camino, toma el ejemplo de Tomás Alderete y verás de qué manera tu mundo se llena de luz.
Ayer, en la 28.ª edición de la Carrera McDonald's Kiwanis, que se celebró en Calle 50, y cuyas distancias eran de 1.5 y 10 kilómetros, se pudo apreciar a un atleta que fue único entre muchos, este es Tomás Alderete, un chico de 17 años con parálisis con disfunción cerebral leve, que a tan solo cuatro días de haber nacido sufrió un aumento de bilirrubina por incompatibilidad sanguínea que lo dejó sin movilidad durante toda su niñez, hasta los 11 años.
Los corredores ya habían emprendido su recorrido de los 5 y 10 kilómetros con la intención de llegar de primero a la meta. La calle estaba desierta y ya no se veía a nadie, todo el mundo iba lejos, pero de pronto llegó al lugar, Tomás, aferrado al brazo de su madre María Coronado y emprendió su marcha solo, pero con una inmensa sonrisa que robaba vítores y aplausos del público.
A paso lento, la madre cuidaba el acto de valentía y coraje que hacía su hijo, y así se fueron andando hasta que se perdieron en el horizonte.
Pasó el tiempo, y los corredores hacían su presencia en la línea de sentencia, todos estaban a la expectativa de Tomás, cuando de pronto una voz gritó: “¡ahí vienen!”.
Con el corazón ahogado en alegría y con la misma sonrisa con la que inició su carrera, Tomás se apersonaba a la línea final en compañía de su madre, y una vez que logró su objetivo -llegar a la meta- levantó sus brazos al cielo en señal de agradecimiento y recibió un fortísimo abrazo de la mujer que veló su grandísima hazaña, su mamá.
Pero, aparte de Tomás, también hubo otros héroes, uno de ellos fue Eduardo Muñoz, un joven invidente que arribó a la meta por la categoría 5 kilómetros, y qué decir de Carlos Alberto Congacha, quien fue el único deportista que corrió en silla de ruedas, demostrando así su tenacidad como atleta.
La actividad empezó desde muy temprano con música y jornadas de aeróbicos, uno a uno fueron llegando los competidores hasta completar, aproximadamente, unos 2000 corredores entre niños desde los 5 años hasta adultos mayores arriba de los 60.