¡Irreconocibles!... Así vi yo el pasado jueves a la Selección Mayor de Fútbol de Panamá frente a Colombia, que ha sorprendido a propios y extraños en la Copa de Oro que se juega en Estados Unidos.

¿Por qué los vi así? Sencillamente, observé a un equipo muy ordenado en el ataque y en la defensa, no como otras veces que en los ataques y contragolpes que generaba Panamá no había a quién pasarle el balón para que definiera, y cuando nos atacaban de contragolpe casi siempre estábamos en inferioridad numérica, ya que la zaga no regresaba a tiempo.

Otra vez hoy me gustaría decir que estuvieron irreconocibles, porque la historia reciente de enfrentamientos entre Panamá y Estados Unidos nos ha sido adversa, cuando en menos de un año hemos jugado tres veces con los norteamericanos, teniendo un balance de un empate y dos derrotas.

Como ha sido durante todo el torneo, Panamá no parte como favorito y hoy no es la excepción al enfrentar al favorito prohibitivo, como lo es el equipo de casa, pero eso no debe amilanar a un equipo que demostró mucho al salir airoso ante las adversidades, con un grupo de jóvenes y veteranos que salieron con la firme convicción de dejar en alto el nombre de la tierra que los vio nacer.