A continuación presentamos algunos motivos que pueden estropear una entrevista de trabajo:
Ser incapaz de expresarse de manera clara y concisa. Mostrarse excesivamente seguro de sí mismo y resultar arrogante o, incluso, agresivo. Ser excesivamente tímido, no mirar a los ojos, responder sólo con monosílabos. Presentarse con un aspecto incorrecto, poco cuidado o poco limpio. Hacer comentarios superficiales. No ser capaz de justificar todos los elementos de la hoja de vida. Parecer demasiado inflexible o poco adaptable a la situación de la empresa. Mostrar desinterés durante la entrevista.
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