Luchó por su arma. El guardia de seguridad, Pascual Rodríguez, de 36 años, fue agredido por delincuentes, supuestamente menores de edad, cuando cuidaba dos locales de comida rápida en la calle 7 Central.
Rodríguez no se dejó quitar su arma de reglamento y a cambio recibió cuatro disparos en la rodilla, costado, muslo y hombro.
El seguridad tuvo que ser trasladado de emergencia al Hospital Manuel Amador Guerrero. Fue intervenido en la sala de cirugías y su condición era estable.
Los guardias de seguridad se han convertido, en el blanco de los maleantes que quieren armarse.
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