Pediatría

Vitaminas y hierro


Dr. Iván Antonio Wilson -

Las vitaminas son compuestos orgánicos que el cuerpo necesita para la protección de la salud y lograr el crecimiento adecuado en niños y adolescentes.

En condiciones normales, si el niño se alimenta en forma adecuada, ya sea con leche materna o fórmula, en menores del año; y una dieta equilibrada en niños mayores, no se requiere del uso de vitaminas.

Finalmente, quien debe decidir la utilización de suplementos vitamínicos y hierro es el médico.

La precaución en el uso de las vitaminas se debe a que el exceso puede ocasionar síntomas y manifestaciones de intoxicación.

Un motivo frecuente de consulta es el niño que no quiere comer o melindroso. Los padres acuden al pediatra con la errónea concepción que las vitaminas pueden incrementar el apetito. Es importante saber que el niño atraviesa por etapas en las que el apetito disminuye (a partir del año de vida) y esto es completamente normal, siempre y cuando tenga un adecuado crecimiento y desarrollo, peso, talla y actividad.

Otro mito en relación al uso de vitaminas es que sean utilizadas para lograr la ganancia de peso. En los casos en que el niño presenta algún grado de bajo peso o desnutrición están indicados el uso de complejos vitamínicos y suplementos nutricionales.

Para su uso, debe prevalecer el criterio del Pediatra.

Para subir las defensas

Es frecuente que los padres crean que las vitaminas suben las defensas y evitan las enfermedades. Un niño sano puede presentar hasta ocho episodios de resfriado o cuadros virales al año, independientemente del uso de vitaminas, las cuales no previenen el curso y evolución de las enfermedades.

El hierro se puede utilizar para prevenir anemia en prematuros y lactantes y como tratamiento en casos en que se detecte anemia para prevenir problemas futuros de aprendizaje, entre otros.

Suplementación

Hay situaciones en las que se indica la suplementación con vitaminas y hierro como:

Prematuridad y bajo peso al nacer.

Enfermedades crónicas.

Bajo peso y desnutrición.

Convalescencia de enfermedades agudas.

Etapas de rápido crecimiento (primer año de vida y adolescencia).

Sangrados menstruales excesivos.