El agua posee restos alcalinos que producen obstrucciones en los orificios de la ducha. Para limpiarlos, haga lo siguiente:
Bájela y sumérjala durante toda la noche, en un recipiente lleno de vinagre. Si es fija, llene una bolsa de plástico con vinagre y átela fuertemente con un hilo al cuello de la ducha. Al día siguiente, se habrán disuelto los restos alcalinos.
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