Adrián Alvarado conserva las marcas de los dientes del lagarto que se los clavó en su piel, cuando regresaba nadando a la orilla de la playa en Puerto Caimito.
Recuerda que eran las dos de la madrugada, cuando venía de trabajar en el mar y después que ataba a una boya la "panga", se tiró al agua para regresar a la orilla nadando. De repente, sintió que algo lo prensaba en el hombro derecho y lo halaba hacia abajo.
Afirma que siguió nadando, seguro de que el "bicho" no lo seguía; al llegar a la orilla observó abundante sangre en su hombro derecho, además de muchos huecos. Añadió que está seguro de que se trata de un lagarto que lo atacó.
No teme volver a tirarse al agua o regresar a la pesca, aunque es consciente de que el sitio está infestado de lagartos y hay que tomar algunas precauciones.
UN TIEMPO
Por ahora, dice Adrián, no saldrá a trabajar hasta haberse repuesto del todo.
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