En la casa de Eleuteriuo sólo quedó un perro un trapiche y su ropa en el guindadero. El murió atropellado por una mula cuando se dirigía a llevar a su hija a la escuela en bicicleta.
Rigoberto Sánchez, su hermano, en medio de un evidente dolor pide justicia y que la empresa se haga responsable de este accidente que deja a tres menores de edad desamparados.
Las honras fúnebres se realizaron ayer en horas de la tarde en la Iglesia y cementerio de Antón, mientras que el cuerpo fue velado en la casa de la madre de la víctima en la Incada de Antón.
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