HISTORIAS

Apuestas


Redacci?

C uando ten�a 12 a�os, su padre le apost� que no aprobar�a todo en junio. Gan� su primera bici. Plantearse metas a partir de apuestas se convirti� en una obsesi�n: un juego voraz. Apost� con un compa�ero que seducir�a a la chica m�s inaccesible de la facultad y gan� una cartera. Apost� que se casar�a con ella y gan� una pluma de oro.

A los 26 a�os apost� con su suegro que le dar�a un nieto guapo e inteligente y gan� un Mercedes Benz. A los 30 apost� con su compa�ero de bufete que en cinco a�os ser�a el abogado mejor pagado y gan� una supercomputadora.

Como las apuestas grandes se prolongaban demasiado, empez� a hacer peque�as apuestas diarias para no perder agilidad. Apostaba por el color de los ojos de la persona que entrar�a en el ascensor... Apost� por el tiempo que empleaba en llegar a la oficina. Diez minutos, primero. Baj� a ocho. Luego, a siete. Un d�a se apost� que llegar�a en seis. Pate� el acelerador. Las calles estaban vac�as, pero no contaba con ese hombre que atraves� la avenida corriendo.

Dio un volantazo y el coche se estrell� contra una poller�a. El volante se empotr� en su pecho. Cuando recobr� el conocimiento, vio la cara borrosa de un polic�a a su lado. �Le apuesto que morir� antes de cinco minutos�, dijo con un jadeo ensangrentado. Perdi� por treinta segundos.