HISTORIAS
Lección de vida

Redacción | DIAaDIA

Un viejo amigo está muriendo. Viejo porque hace mucho tiempo nos conocemos. Viejo porque sus años son muchos, lo mismo que la cantidad de su cariño hacia mí.

Hace poco nos enteramos que le quedan pocos meses de vida. Aun así, lo vi sonriendo y abrazando a todos (como si se estuviera despidiendo), pero no está triste ni amargado. No es de esos que culpan a Dios por lo que le está ocurriendo.

Le pregunté hace poco cómo es que puede estar tan tranquilo, y me contestó que Dios le ha dado muchas cosas bellas en la vida, "incluyendo amigos como tú", dijo, y por eso no puedo enojarme porque ahora él quiera llevarme con Él.

Agregó que hace mucho su padre le dio consejos para vivir. Esas lecciones de su padre le enseñaron lo siguiente:

La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años; pero lo importante no cambia.

Me enseñó que la fuerza y la convicción no tienen edad. Además, me enseñó que debo entender que el espíritu es el plumero de cualquier tela de araña, y que detrás de cada línea de llegada hay una de partida. Eso quiere decir que detrás de cada logro, hay otro desafío.

Mientras esté vivo, me enseñó papá, debo sentirme vivo y si extrañamos lo que hacíamos, debemos volver a hacerlo para no vivir de fotos amarillas. Debemos seguir aunque todos esperan que abandonemos.

Cuando con los años no puedas correr, trota, cuando no puedas trotar, camina y cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero..., ¡nunca te detengas!

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2006 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados