
Según el ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, es tanta la violencia que hay en Samaria, que si se pudiera trastocar el lugar y volverlo un país, alcanzaría el índice de criminalidad de naciones violentas del Norte de Centroamérica, que está en 63.7 asesinatos por cada 100 mil personas.
De igual forma, están los problemas de pandillas que en total suman 44, en su mayoría, formadas por menores de entre 12 y 14 años de edad. Pero no es solo la violencia del lugar lo que los afecta, sino también la proliferación de cantinas y bares que exceden a más 1000, de las cuales la mitad podrían estar funcionado en la clandestinidad.
Todo esto se dio a conocer en la primera reunión del año del Gabinete de Seguridad Preventiva (GPS) y que busca, a través de estos encuentros, soluciones a los problemas sociales de lugares que ponen en riesgo social a sus residentes.
El GPS se reunirá en septiembre con la comunidad de Arraiján, donde la violencia se ha elevado en los últimos meses.