En un promedio de seis meses el cementerio municipal se quedará sin espacio físico para ubicar nuevas sepulturas, al no existir más tierras dentro del lugar, advirtió el alcalde Luis Guerra.
Las últimas fosas se están ya abriendo a pocos metros de los linderos del campo santo y según un catastro realizado, solo queda espacio para unas 180 piezas más; lo que promediando cuatro entierros por día, da un margen de duración de seis meses como mínimo.
Cada fila de tumbas que se están abriendo en lo que resta de terreno solo da cabida para 60 fosas, existiendo el problema de la proximidad a una quebrada, la cual durante la época de lluvia tiende a inundar.
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