Solo y en las calles
Desde hace mucho tiempo, las calles son su hogar y el piso de cualquier esquina su cama.

Melquiades Vásquez A. | Veraguas, DIAaDIA

Sufre, porque sus hijos lo abandonaron. "Me han abandonado porque ya no sirvo, y eso estremece mi alma", dijo con los ojos humedecidos y voz entrecortada, Carlos Julio Pimentel, de 82 años, quien manifestó que por más de 54 años sirvió de conductor de buses de pasajeros hacia la ciudad capital y, con ello, logró la formación de sus hijos.

Don Carlos narró lo difícil que era viajar a Panamá, porque aún la carretera Interamericana no estaba construida y sólo era de piedra como un camino cualquiera; por lo tanto, se demoraban de dos a tres días para llegar a la capital.

Pimentel indicó que se convirtió en uno de los conductores más cotizados en la provincia de Veraguas, por la destreza en el manejo y el cuidado que se tenía con los pasajeros; además, siempre procuraba mantener su transporte en buenas condiciones para no tener desperfectos mecánicos en el camino. Eso lo hizo favorito para los viajes desde Santiago hasta Panamá.

"Me duele el alma", dijo con tristeza Pimentel, porque ahora que estoy muy viejo, mis hijos que viven en la ciudad de Panamá me han abandonado y siempre me dicen que me vienen a buscar y jamás lo hacen".

"Quiero vivir los últimos días de mi vida con ellos, sentir su calor y escuchar sus voces", agregó, muy deprimido, Carlos Pimentel.

TRABAJADOR

Allá por los años 1950, hasta los años 1970, trabajó en "Transportes Santiagueños Unidos", "Transporte Luque Urracá", entre otros.

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