La esperanza y la fe en Dios era lo que albergaban los corazones de los familiares de Luis Mena y José Boniche, puesto que habían amanecido vivos, luego de que les cayera un alud de tierra en la construcción del edificio 7400 San Francisco. Pero con el calor de los rayos del sol, esto se fue desvaneciendo, porque fallecieron en el Hospital Santo Tomás. Ambos tenían muerte cerebral.

El jueves (día del accidente), Isaac Pérez y Juan Ramos, murieron sepultados.

Entre lágrimas y dolor, familiares de los cuatro obreros recogían la última indumentaria que utilizaron los fallecidos, como parte de sus recuerdos.

CON EL ALMA DESTROZADA

Desde tempranas horas, los familiares de Luis Mena se apersonaron al Hospital Santo Tómas, luego de que a la 1:53 de la madrugada del viernes se dictaminara su muerte.

Gisela Proutt, madre de Luis Mena, contó que su hijo deja en la orfandad a tres pequeñas: Milagros, Loren y Juliana. La principal preocupación de esta madre es qué les dirá a sus nietas cuando pregunten por su papá.

Luis "Fellito" Mena era ayudante general de construcción. Vivía con su madre en calle 17, Santa Ana y el pasado 19 de mayo cumplió 26 años.

Para la familia de José Boniche el trago fue amargo, tenían la ilusión de que sobreviviera al accidente, pero a las 9:30 a.m., se notificó su muerte.

Sus padres, Félix Boniche y Cecilia Juárez, quienes viajaron desde la provincia de Chiriquí, estaban completamente sumergidos en el dolor.

Según Blanca de Vasco, vecina de José Boniche, éste era un joven aventurero, vino a la capital con la esperanza de conseguir un empleo. Tenía más de un año y medio de estar viviendo con su tía Griselda Boniche en el sector 10 de Belén, en Tocumen.

COMPARTEN EL DOLOR

Con voz quebrantada, Margarita Rodríguez, hermana de Juan Ramos, dijo que él era una buena persona, era trabajador y que vivía en La Siesta de Tocumen y no estaba casado ni tenía hijos.

Mientras que Alfedro Pérez, hermano de Isaac, confesó que éste es un duro golpe para la familia, además dejó a dos niñas y era el sustento de su hogar. Isaac Pérez sólo quedará en la memoria de todos aquellos que lo conocieron, puesto que nunca le gustó que le tomaran fotografías. El 17 de julio cumplió sus 30 años.