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Entre monstruos y más que violencia canina
La droga es su mejor negocio. (Foto: ALBIN GARCÍA / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

Prisionero de su mundo. Así se siente "Ce Pequeño", nombre ficticio de un miembro de la pandilla "MM", o sea, "Mentes Monstruosas", del populoso barrio de San Joaquín, en Pedregal.

A pesar de que no está encerrado en una celda de una cárcel del país, siente que su propio barrio se ha convertido en su prisión, ya que no puede moverse del sector sin temor a ser asesinado por sus enemigos.

Cuando apenas tenía 15 años, este chico de 1.60 metros de estatura, aproximadamente, ojos oscuros y de unas 145 libras de peso, se inició en el mundo de las pandillas.

Su cuerpo tatuado es claro indicio del mundo violento en que se desenvuelve todos los días. Los tatuajes que más resaltan son dos "emes" que tiene dibujadas en su brazo izquierdo, que lo identifican como miembro de la peligrosa organización.

Cuenta que los "MM" se formaron con puros jovencitos que crecieron juntos jugando al fútbol en San Joaquín y subsistían cometiendo robos pequeños.

En ese tiempo, como no eran sonados ni "pesados", los pandilleros de vieja data le exigían un impuesto de lo robado. "Yo no tengo que pagarle impuesto a nadie, si uno roba es para uno, no para dárselo a otro hombre", confesó "Ce Pequeño", algo molesto.

LAS ARMAS

Uno de los componentes más importantes y que dan poder a las bandas son las armas de fuego, por eso, sin pensarlo, se las compran a otros pandilleros.

El precio dependerá del calibre. Por ejemplo, en el mercado negro una pistola calibre 38 puede costar unos B/250.00., una 9 mm aproximadamente B/350.00 y las armas de guerra como la AK-47 se la "patrocinan" los capos de más alto nivel.

Aunque nunca los policías le han vendido un arma a este delincuente, sí ha escuchado que este tipo de situaciones son normales y se dan muy a menudo.

En el día esconden las armas en "caletos" o escondites, que no dudan en ir a buscarlas si las tienen que usar, pero por las noches cada pandillero duerme con su "herramienta" encima.

Como no pueden salir del área, cada vez que lo hacen tienen que movilizarse en taxis de algún conocido para que los enemigos no los detecten, y cuando logran salir, no demoran mucho tiempo en la calle. Frente a esta situación, los chicos viven encerrados en su propio territorio.

"LOS MATA PERROS"

Como animales escondidos entre la maleza, los miembros de otra de las pandillas más temidas de Pedregal, "Los Mata Perros", salieron a su encuentro con DIAaDIA para contar sus vivencias. El resto de sus compinches estaba entre los árboles aledaños. Ese es el mismo comportamiento cuando un desconocido llega a su territorio.

Cuando confirmaron que se trataba de los periodistas citados, sin ningún temor empezaron a salir de sus escondites y aceptaron conversar sentados en las gradas del cuadro de fútbol.

Al principio estaban algo reacios, tal vez por el temor que les causaba la cámara, pero una vez roto el hielo, empezaron a contar cómo surgió esta pandilla.

"La pandilla de 'Los Mata Perros' vino de un tal Camilo, que mataron por Arraiján, quien aparentemente mató a uno de la pandilla 'Los Perros' de San Joaquín', en la cárcel", relataron.

DROGA

El ingreso económico de la banda proviene de la venta de drogas, que compran en el centro de la ciudad, y luego es revendida en sobres, cuyo valor es de dos dólares.

El robo es otra de las actividades que utilizan "Los Mata Perros" para conseguir dinero. En estos asaltos juega un papel importante un grupo de niñas del barrio que se dedica a la prostitución. Ellas rondan entre los 12 a 16 años y llevan a los hombres que "se levantan" al barrio, en donde "Los Mata Perros" les roban sus pertenencias.

CON FAMA DE SICARIOS

Al igual que los "MM", "Los Mata Perros" son contratados para cometer asesinatos por encargo y la tarifa dependerá de quién sea la persona que van a eliminar.

Sin dudar, expresaron que por "quitar a alguien del camino" (matar) pueden cobrar hasta B/5,000.00 y solo exigen detalles de quién es la persona.

Luego le dan seguimiento por una o dos semanas para ver cuál es la rutina del sujeto, y un buen día, a sangre fría, lo ultiman a punta de disparos.

Con sus armas la banda demuestra el poder que tienen, por eso no dudan en pagar su costo.

Por su poder destructivo una de las más caras es la AK-47, la que puede llegar a costar unos B/2,500.00, y como es la más deseada, "Los Mata Perros" están ahorrando para adquirir la suya.

Con una mirada fija y con un tono de voz fuerte afirmaron que muchas de las armas que poseen y las municiones se las han comprado a los policías en B/170.00, porque ahora están caras.

"En una ocasión un policía me detuvo y me quitó 80 bolsitas de droga y luego me dio calle", dijo otro.

UN DIA NORMAL

Lo primero que hacen estos jóvenes apenas se levantan es fumarse un bate de marihuana, generalmente, a las 6:00 a.m., cuando cogen su droga.

Después que están "bien volados" desayunan y se ponen a vender cocaína y marihuana en el barrio. Otro de los pasatiempos es la crianza de los gallos de pelea.

Sin pena expresaron que no han terminado la escuela, por eso no conocen otro mundo que el de la pandilla, en la que han crecido.

UNA LUZ AL FINAL DEL TUNEL

Para lograr sacar a estos jóvenes de ese mundo, la Junta Comunal de Pedregal realiza programas de prevención. También ha presentado un proyecto al Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) para que genere actividades con ellos. Además, hay un proyecto de ornato con las pandillas de San Joaquín para que colaboren con la limpieza de su comunidad y a cambio reciben B/10.00 diarios y el almuerzo.

También se hará una feria de empleo con las empresas del área, en la que se les ofrecerá una plaza de trabajo.

PANDILLAS

En San Joaquín operan cuatro pandillas que marcan sus territorios, por eso sus integrantes deben caminar con cuidado para no ser víctimas de sus enemigos.

Cuando tienen que salir del barrio, lo hacen con taxistas que ya los conocen.





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