Más de 140 detenidos del Centro de Rehabilitación Nueva Esperanza, en Colón, amenazaron con realizar una huelga de hambre, en espera de que se cumpla con lo más fundamental, el derecho a la salud, toda vez que no cuentan con medicamentos.
Ayer, luego de que un grupo de internos conversó con el director del penal, Carlos Durán, desistieron de las pretensiones de la huelga, no sin antes anunciar la entrega de un pliego de peticiones a las autoridades de Corrección.
Los internos buscan que se les suministren medicamentos, la agilización de sus procesos, la limpieza en las galerías por la gran cantidad de ratas y cucarachas, además de que se realicen más juegos deportivos.
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