Sus laboriosas manos de oro fabrican y reparan zapatos y artículos de cuero, porque su negocio, "La zapatería Domingo", es una verdadera "clínica del calzado y las carteras".
Sin duda, este próspero negocio se encarga de darle vida a cualquier prenda de cuero que la haya perdido.
Boris Tomás Muñoz, un humilde panameño oriundo de Buena Vista, Colón, se convirtió hace cuatro meses en un empresario junto a su socio, José Reinel Tobar, experto de marroquinería, y conjugan sus habilidades para complementar el negocio.
La calle 25 Calidonia le da vida al lugar, que tiene más de 20 años de compartir el bullicio de la gente. Las correas guindadas en la puerta le dan el toque que necesita.
SUS INICIOS
Boris cuenta que hace 18 años llegó a trabajar en dicha zapatería, pero el destino lo tenía reservado para él, puesto que su antiguo jefe y propietario se lo dejó en pago a sus años de servicio.
Destacó que no es fácil tener un negocio propio, aunque no imposible, pero "hay que trabajar duro", máxime para él que tiene que viajar desde Buena Vista todos los días.
Estos dos emprendedores tienen su espacio propio en el negocio: Boris se encarga del área de la zapatería, cambiar chapitas, zuelas, coser los calzados, entre otros servicios; mientras que José se dedica a la marroquerría, confeccionar maletas, bolsos y maletines ejecutivos.
José Tobar es un artesano que desde los 13 años aprendió el negocio y lo tuvo que desarrollar para sobrevivir.
Recomendó que el cuero, aunque es resistente, debe cuidarse con líquidos especiales porque la humedad lo deteriora, este mantenimiento también lo brindan y cuesta entre 10 a 20 dólares, dependiendo del tamaño del artículo, pero que sea de cuero.
VARIEDAD
Entre los clientes sobresalen las damas que buscan cambiar un zipper, broches. Los precios son variados.
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