El uso de las muñecas o títeres era conocido entre los griegos como "neurospasta", palabra que significa objeto puesto en movimiento por cuerdecitas y que expresaba la naturaleza de las cosas.
Tales eran los títeres o figuritas de que se servían los romanos para divertir y entretener al público y de los cuales habla Horacio. Figuras que, sin duda, habían tomado los romanos de los griegos.
Estos títeres eran mostrados en lugares conocidos como retablos, porque las personas de la Baja Edad Media estaban acostumbrados a entender las historias sagradas de religión mediante las imágenes y pinturas que se exhibían en los retablos de las iglesias, y por eso se copió este modo de presentación.