Todos estos jóvenes aman este regalo de Dios. (Foto: CORTESÍA DE RAMÓN ORTIZ / HANS MIDDLETON)
Didier Hernán Gil
| DIAaDIA
Por el "pescaíto" se dieron cuenta que andaban en la misma onda.
Esto fue lo que les sucedió a los jóvenes de la Basílica Menor Don Bosco, Parroquia San Agustín de Villa Zaíta y a los de Pocrí de Aguadulce, quienes se dirigían a participar del Primer Encuentro Nacional de Jóvenes Líderes, que han realizado alguna experiencia de los programas ENE, EPRE, EJE y ESCOGE en alguna parte de Panamá.
Ellos, mientras hacían una parada en Santiago de Veraguas, coincidieron y se percataron de que todos portaban el "pescaíto", símbolo de los primeros cristianos para representar a Jesús, el cual le es obsequiado cuando concluyen su experiencia en el programa EJE.
El destino de estos jóvenes, además de otras delegaciones del país, era Boquete, Chiriquí, donde durante el pasado fin de semana se desarrolló, en el Centro Franciscano, el encuentro "Crecer juntos en el amor".
En esta actividad hubo mucha alegría y sorpresas, entre ellas, más de 400 jóvenes, además de niños y adultos, compartiendo sobre lo que Dios ha hecho en sus vidas y cómo puede servir a los demás. Sinceramente, es reconfortante saber que no todo está perdido y que núcleos como éstos deben fortalecerse.
TENIAN QUE ESTAR ALLí
De acuerdo con Patsy Caballero, madre de los niños Johan y Nathaly Vásquez, sus pequeños estaban ansiosos de que llegara este encuentro, más que el inicio de las vacaciones de medio año. Ellos habían participado del Encuentro de Niños en el Espíritu (ENE) y querían estar presentes para ser testigos de este acontecimiento.
Patsy participó del Programa Escoge y sabe lo maravilloso que es ver que sus niños se interesen por cosas de la iglesia. DIAaDIA conoció que aunque su esposo, quien es cocinero, no ha participado, siempre está disponible para preparar los alimentos de quienes asisten a los programas de la parroquia Sagrada Familia de David, Chiriquí.
UNA GRAN FAMILIA...
En el encuentro cuya parte espiritual llegó a muchos jóvenes, hubo un compás, durante la cena del sábado en la noche, para cantarle el cumpleaños a una joven de 15 años. ¡Qué detalle! Fueron más de 400 invitados, quienes pidieron por ella y fueron testigos de la colocación de su anillo. En fin, experiencias como éstas nos demuestran que Dios está presente en cada una de nuestras vidas. Sólo hay que dejarlo actuar. Al final de este encuentro, cada joven asumió un compromiso con su parroquia para seguir aportando valores a la sociedad.
Esta iniciativa tuvo el respaldo del Programa de Seguridad Integral (PROSI).