No hay plata. Esa es la frase de moda en el Instituto Nacional de Deportes.
Ayer, el director Manuel Pinzón planteó un nuevo inconveniente. El funcionario dijo que sólo tienen unos 2,500 balboas para la compra de los químicos para las piscinas, cuando necesitan 8 mil por trimestre. Aseguró que las pruebas sobre la supuesta contaminación resultaron negativas.
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