ESTILO RAPIDO Y LUCIDO
Enrique “maravilla” Pinder

Elisinio González G. | DIAaDIA

En un día como hoy, pero en el año de 1972, Panamá se convertía por tercera vez en su historia en la sede de otra pelea de campeonato mundial.

En esta ocasión, el gimnasio Nuevo Panamá (hoy Roberto "Manos de Piedra" Durán) había recibido unos 20 mil fanáticos entre panameños y mexicanos, que querían ser testigos del pleito entre el campeón Gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el azteca Rafael Herrera, y el retador de 24 años de edad, el panameño Enrique "Maravilla" Pinder.

Esta sería la primera defensa para Herrera, quien había alcanzado la diadema de las 118 libras a costa de su compatriota, Rubén Olivares, el 19 de marzo de 1972.

DEMOSTRO SU CLASE

Cuentan las páginas doradas del periódico Matutino del 31 de julio de 1972, que Pinder ganó por decisión unánime en 15 asaltos.

Pinder fundamentó su victoria precisamente en una fabulosa velocidad de piernas y también de manos, y en una estupenda condición física.

La historia del combate fue la persecución que realizó el mexicano por las cuatro esquinas del ring, ante un retador panameño que siempre planteó su pelea a larga distancia, bailando en las puntas de sus zapatillas y valiéndose de su mayor alcance de brazos y su superior velocidad.

En todo momento, Herrera se mostró más lento y no pudo cazar a Pinder con sus potentes volados de derecha, ni logró restarle velocidad con golpes a la parte media del cuerpo.

HISTORIA SAGRADA

Enrique "Maravilla" Pinder se convirtió en el quinto panameño en conquistar un campeonato mundial de boxeo.

Pinder, también, fue el tercer istmeño en alcanzar una diadema mundial en ese año. Anteriormente lo habían hecho Alfonso Frazer (10 de marzo) y Roberto Durán (26 de junio). Después de Pinder se coronó Ernesto Marcel (19 de agosto de 1972).

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