Dos colchones hundidos, una estufa dañada y un aparato que hace algún tiempo sirvió como refrigeradora, son los artículos que saltan a la vista al entrar a la humilde morada de la familia Sánchez, ubicada en el sector 9 de Las Mañanitas.
A Marcela García la conocimos por casualidad en la Escuela Ciudad Jardín Las Mañanitas, donde una vecina se acercó para dar a conocer el problema, que a simple vista no parecía tan grave. El niño más pequeño sufre de hidrocefalia.
Marcela nos condujo hasta su casa. La llegada parecía fácil, pero la bajada no. Ella, sin titubear ante el lodo y lo empinado del terreno, llevaba al pequeño Xavier en los brazos con seguridad en sus pisadas.
A mitad de la loma está la casita. Allí viven Marcela, su esposo Eufemio y sus tres hijos Karina, Dayra y Xavier.
SUS MALES
Xavier, de 2 años, enseguida buscó la comodidad y se puso las chancletas. Su hermana Karina, de 13 años, disponía irse al colegio; mientras Dayra, de 8, continuaba en la escuela.
Don Eufemio trabaja cortando monte en Colón, pero el dinero no le alcanza. El pequeño, a causa de su enfermedad, tiene que chequearse todos los meses en el Hospital del Niño; pero este mes perdió la cita por falta de dinero. Es lógico, si muchas veces no les alcanza para comer.
Cuando no hay qué poner en el fogón, una iglesia les brinda ayuda. Igualmente, viven con la zozobra de un día quedarse a oscuras, pues confiesa Marcela que deben tres meses de luz, pero "qué se va a hacer".
En la escuela de Dayra, los maestros comprenden la situación, pero a veces Karina no puede cumplir con todos los materiales.
En la habitación, dos camas deterioradas son el refugio de esta familia, que espera que el nuevo día sea mejor que el anterior.
ESTABLE
Hasta el momento, Xavier no necesita ninguna cirugía o tratamiento especial, pero su chequeo debe ser constante.
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