Rodeada de agua sucia
Gellister pide a las autoridades que evalúen la situación y les den una pronta solución. (Foto: J. Simmons y D. Montenegro / EPASA)

Rubén Polanco | DIAaDIA

Su desesperación es evidente, y no es para menos. La señora Gellister Anaya de Julio, de 31 años, teme que el dengue visite su hogar ahora que está de moda.

Su situación se hace cada vez más crítica, sobre todo cuando llueve. Frente a su casa se hace un enorme charco de aguas residuales, debido a que la zanja y la alcantarilla se tapan por los desperdicios que arrojan las personas en la calle.

Gellister dijo que su casa, ubicada en calle 16 Parque Lefevre, está invadida de mosquitos día y noche, su hija de 6 años y su bebé de 7 meses, son potenciales víctimas. Las marcas en la piel de los pequeños son evidentes, a cada rato se resfrían; además, proliferan los sapos.

Han pagado para limpiar la zanja, pero es por gusto. Cuando llueve vuelve a formarse el charco y deben esperar dos días para que baje el agua.

El problema data de más de 7 años. Construyeron muro enfrente y a los costados, pues antes el agua entraba como un visitante más; además, hicieron una entrada por una esquina de la casa.

La fachada de la casa se ve desmejorada, la pintura se ha descascarillado. Gellister afirmó que en reiteradas ocasiones han llevado cartas a la Corregiduría, al IDAAN y otras autoridades. El año pasado limpiaron la zanja y la alcantarilla, pero el estancamiento de las aguas volvía a surgir.

EFECTOS

Según Gellister, el medidor de agua es tapado por el charco, algo que molesta a los inspectores del IDAAN, que prefieren no meter la mano para inspeccionar.

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