Cada pelea, cada título, los movimientos de cintura y los "jabs" que consigue el campeón supergallo de la AMB, Celestino "Pelenchín" Caballero, son gracias a una plegaria que eleva Mitzelda Itzel.
Para algunas personas, ese nombre es desconocido. Se preguntarán, ¿y esa quién es? Pues, se trata de la mujer que después de quince años de conocerse, aún le mueve el piso.
Sentada cómodamente en la sala de su casa, Mitzelda Itzel de Caballero, "la Pelenchina", se muestra orgullosa de todo lo que está a su alrededor: sus hijos, su casa y, sobre todo, los logros que ha alcanzado su "flaco" en los años que lleva en el boxeo.
Nunca pensó que por la curiosidad de adolescente, de ver y escuchar las prácticas de la Súper Banda de Colón, iba a encontrar al amor de su vida.
LA HISTORIA
Siendo la hija mayor de Crisanta y Silvino Amaya, Mitzelda siempre ha tenido que darle el ejemplo a sus hermanos, Katherine y Silvino.
Pero eso no impedía que saliera con sus amigas a divertirse, y fue en una de esas salidas y gracias a ellas, que en 1992 empezó a tratar al que hoy es el padre de sus tres hijos.
Para ese tiempo, su familia vivía en calle 7 y 8 Justo Arosemena, Colón, y estudiaba en la escuela José Benigno Garay.
Cuando habla sobre educación, en sus ojos aparece un brillo especial, una mezcla de alegría con un poco de tristeza, al mencionar que sólo pudo estudiar hasta sexto año, porque Jaik Mammad Caballero, su hijo más grande, ya venía en camino.
Como hombre responsable, "Pelenchín" se hizo cargo de ella y su hijo y se mudaron a Panamá.
DETRAS DEL BOXEADOR
Sencilla, humilde, amable y educada es la descripción perfecta para Mitzelda, madre de tres niños, Jaik, Yereiska y Yareiska.
Hogareña, dedicada a sus hijos, sin ser muy amante de la cocina y del fregador, ya ha pasado más de 10 años con su campeón, con el cual ha formado un caluroso hogar.
Con una sonrisa dibujada en su rostro, comenta que a pesar de que "Pelenchín" siempre está en los gimnasios, él saca tiempo para sus hijos y su familia.
"Lo que más me gusta de él es la atención y el cuidado que tiene con sus hijos. Es un padre excelente y, como hombre, me complace en todo lo que le pido; es muy cariñoso y todo él me gusta", acotó.
Pero no todo es color de rosa, lo único que le hace falta a los "pelenchines" es tiempo, pues la mayor parte del tiempo está entrenando.
FUERA LOS CELOS
Con toda la fama que tiene ahora el flamante campeón, las mujeres le caen como avispas al panal, pero hoy esta situación no molesta a Mitzelda, pues ella confía plenamente en él. Para ella, lo importante es lo que se ve, no lo que se escucha por la calle.
SUS GUSTOS
Como toda representante del sexo femenino, irse de "shopping" es una de sus debilidades.
A la hora de vestir, el "black and white" es la combinación perfecta, pero a la hora de comer, el pulpo es su plato favorito.
Cuando se trata de mover el esqueleto, Gilberto Santa Rosa se lleva el premio y para sus hijos prefiere el fútbol antes que el boxeo.
LA PELEA
Mitzelda se siente un poco triste, ya que no pudo viajar con su esposo, "pues no es la misma emoción saber que si le grito, él me va a escuchar".
Aseguró que el día de la pelea gritará igual, a pesar de estar frente a una televisión.
Después del combate, "Pelenchín" llevará a pasear a toda su familia como regalo por toda su paciencia.
EL MEJOR REGALO
Según Mitzelda, el obsequio más grande de Pelenchín es haberle dado sus hijos, su hogar y, sobre todo, su amor.
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