No todo en la vida sale como queremos. Uno se pasa el tiempo planeando, y cuando cree que todo va sobre ruedas... &162;zas! algo sale mal.
Hay quienes no paran de llover sobre mojado o, lo que es lo mismo, llorar sobre la leche derramada. &162;Qu� l�stima! Eso es una p�rdida de tiempo y la persona se corre el riesgo de quedarse estancada, sin �nimos de avanzar.
Cuando hay un obst�culo sobre los rieles de la vida, lo �ltimo que debemos permitir es que el tren, que somos nosotros, se descarrile por completo.
Hay que maniobrar o, lo que es mejor, ver con luces largas para, de ser posible, anticiparnos y evitar ese obst�culo.
Sin embargo, es muy posible que choquemos y que uno de los vagones se voltee. Pero nadie, en su sano juicio, se meter�a debajo de ese vag�n a ponerse a llorar. Todos los pasajeros tratar�an de ponerse a salvo, de protegerse y de alejarse de ese vag�n descarrilado.
Eso es lo que tenemos que hacer cuando algo no nos sale bien. Problemas y dolores de cabeza nos vamos a encontrar todo el tiempo, a veces m�s, a veces menos, pero siempre habr�.
Cuando esto sucede, es cuando salen a relucir nuestros arrestos, nuestra fuerza de voluntad, nuestra capacidad de lucha.
Nadie es capaz de echar el tiempo para atr�s ni de deshacer lo hecho. Lo que s� podemos hacer es enfrentar los tiempos dif�ciles, hacer lo necesario para vencer el mal, el dolor, el desasosiego, las penurias, las tristezas, el desaliento, la culpa y la ira.
Eso solo se logra sacando a flote el coraz�n valiente que cada quien lleva consigo. Nadie es lo suficientemente d�bil como para no tener uno. Hay que echar mano de nuestro amor propio para vencer.
Cuando un problema ensombrece nuestra vida apacible, lo primero que hay que hacer es pensar en �l como una carrera con obst�culos en la que hay que vencer. Saltar cada valla sin hacer da�o al corredor que va al lado, es la �nica forma de ganar o, por lo menos, llegar a la meta. Cuando llegamos all�, lo hacemos fortalecidos por el ejercicio realizado. Esa es la mejor manera de vivir la vida: fortalecernos con cada prueba para enfrentar mejor la siguiente.