Esta visita ha cambiado mi forma de ver la vida, me dice una joven que estuvo visitando un Hogar de Adultos Mayores. Cuando escuché estas palabras, que fueron pronunciadas durante una convivencia del Voluntariado Juvenil, pensé que hay que seguir con este tipo de programas, donde el joven sienta que es parte y sus ideas son válidas para fortalecer los valores ciudadanos.
Si en nuestras comunidades se crearan más centros comunitarios que tengan como objetivo promover el Voluntariado Juvenil, donde cada participante pueda exponer sus talentos, creo que sería la mejor prevención.
El trabajo voluntario juvenil resulta de vital importancia, porque permite poner en práctica el principio de la educación entre los adolescentes y jóvenes, que aprenden con mayor facilidad, si personas de sus mismas edades contribuyen con sus procesos formativos.
Hay muchos jóvenes que están en las pandillas, en las cárceles, consumiendo droga, deserción escolar, embarazos no planificados, prostitución. Por cada joven que entra en este círculo, la sociedad pierde a un actor o actora que pudo o puede ser un ciudadano ejemplo para los demás.
Exhorto a todos los actores que a diario promueven el Voluntariado Juvenil, donde forman ciudadanos respetuosos, solidarios, comprometidos con la ciudadanía; en el caso del Sinaproc, las iglesias, que a nivel nacional capacitan y promueven el Voluntariado Juvenil de forma integral, que sigan adelante con esta labor.
Los jóvenes necesitan personas que los escuchen y que crean en sus metas, cualidades y, sobre todo, que les brinden amor, paciencia y corrección cuando se debe hacer. Dios es el mejor promotor del Voluntariado Juvenil.