Uno de los graves problemas por los que atraviesan muchos jóvenes es sentirse acomplejados, que algunas veces es a causa de defectos físicos, problemas familiares u otras cosas. Este complejo, si no se le da importancia, puede causar traumas y problemas psicológicos.
Por eso, los padres deben seguir las siguientes recomendaciones:
Fomente su seguridad y autoestima, haciendo hincapié en que hay otros valores, además de los estéticos. Trate de ser objetivo. Si cree que el complejo está justificado, la actitud más adecuada es la comprensión y recurrir a la ayuda de un profesional si es necesario. Por ejemplo, si el adolescente tiene realmente un problema de sobrepeso, será conveniente consultar con un endocrino. Hay que enseñarles a aceptarse sin buscar la perfección. Muchas veces, nuestra sociedad impone ideales estéticos y modelos de comportamiento demasiado perfectos. Puede que el joven lleve gafas y tenga la nariz grande, pero seguro que es bueno en matemáticas o nada magistralmente. Enséñele a reforzar su posición ante los compañeros o amigos.
FALTA DE AUTOESTIMA
Suele ser la base de todos los complejos. Estos pensamientos irracionales se suman a un sentimiento de inseguridad e inmadurez que, en ocasiones, provoca tantos problemas que es necesaria una ayuda para superarlos.
Usar gafas, ser bajito o demasiado alto, gordito o lleno de marcas del acné son pequeños defectos que convierten a algunos adolescentes en auténticos "patitos feos". Si además, esos defectos son evidentes para sus amigos o compañeros del colegio o, incluso, para sus hermanos, la autoestima del joven se verá dañada y, lo peor de todo, las secuelas pueden perdurar en el tiempo.
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