Ya se construye la casa-hogar para los pacientes renales que vienen del interior y no tienen dónde quedarse. (Foto: Carlos Mc Nulty / EPASA)
Jesús Simmons
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"Estos son mis dos hijos, representan para mí todo. Pero todo es lo que no les puedo dar". Textualmente este era uno de los pie de fotos de las imágenes colgadas en la pared en la clausura del taller fotográfico "fotovoz, mi experiencia con la insuficiencia renal", realizado el miércoles en el salón de compras de la Caja de Seguro Social, en el Edificio Bolívar.
Sentada con una mirada perdida, Marisol observaba la foto que había tomado. Eran sus piernas al momento que se inyectaba uno de los medicamentos. Ella tiene nueve años de padecer de insuficiencia renal, enfermedad que le cambió la vida en un abrir y cerrar de ojos.
Hace siete años que está en lista de espera de órganos. "Eso es como una ruleta, así que estoy consciente de que debo esperar", comentó. A pesar de su mal pudo casarse y hoy tiene una niña de cinco años y un esposo amoroso que la comprende.
El objetivo del taller era que los pacientes expresaran sus sentimientos a través de la fotografía y de esta manera promover la donación de órganos para hacer los trasplantes, que es lo más importante para los pacientes de insuficiencia renal, dijo Nancy Willard, de la Universidad de Michigan y conductora de la actividad.
En este taller participaron siete pacientes renales, tres de diálisis peritoneal, tres de hemodiálisis y un trasplantado. En sus fotos expresaron todas las penurias que pasan por su enfermedad.
TRANSPORTE
Los pacientes renales del Hospital Santo Tomás piden un transporte para que los lleve a las paradas de buses en las noches.