El deber de los padres es aprender primero, para responder esas interrogantes de la mejor manera.
Es común escuchar a gente adulta señalar que los niños y jóvenes de hoy saben más de lo que se piensa, pero en el fondo no es así. Les llega más información que a otras generaciones, es cierto, pero en su mayoría no la saben manejar porque no la comprenden. Si no, ¿por qué tantos embarazos en adolescentes?
Los padres son los responsables de educar a sus hijos en esta materia, pero primero deben tener claros los conceptos sobre sexualidad y decisiones acerca del manejo que les van a dar a las preguntas de los niños.
Cuando las preguntas surjan, deben tomarlo como una curiosidad natural y hablar sin rodeos, sin dobles sentidos, malicia o lenguaje soez, aclara el psicólogo Nelson Riquelme.
Es necesario que los padres se tomen el tiempo para preguntarle al niño dónde escuchó hablar del tema, quién le habló del asunto y qué fue lo que le dijeron al respecto. La idea es que sean los adultos responsables del niño quienes se preparen para proveerle la información que requiere sin pasarse en explicaciones y detalles que el pequeño no ha preguntado.
Deténgase solo cuando sienta que el niño tiene la información que puede manejar de acuerdo con su edad y madurez. No se extralimite en detalles.
DEDÍQUESE
La educación sexual debe hacerse desde la familia.
A través de sus pudores, caricias, silencio u opinión, se educa a los hijos.
Esta educación debe dirigirse a que ellos aprendan a conocerse, aceptarse y a expresar su sexualidad de modo que sean felices.
Eduque siempre desde lo positivo.