
Ana Mabel Ariza también sabe los secretos de “La Bomba”.
Ana Mabel Ariza también sabe los secretos de “La Bomba”.
Ella, muy entusiasmada, expresó mientras atendía a sus clientes, que laboró por ocho años para otra señora, pero que desde hace un año se aventuró a poner su propio negocio que resultó de mucha ayuda en su casa, pues es un apoyo junto a su esposo para educar a sus dos hijos: Jobel Cáceres, de nueve años, y Josybel, de seis.
Pero esta negociante no pierde el tiempo, pues estudia Administración de Empresas con énfasis en Finanzas, título que obtendrá en noviembre de este año.
En el local de Ana, las personas encuentran variedad de batidos a módicos precios, que van desde 0.50 centésimos hasta 0.75 centésimos. Además, ofrece a sus clientes empanadas y refrescos de frutas naturales.
Hay batidos de piña, papaya, melón, melocotón, fresa y cereza. Aunque la demanda se centra en los batidos de papaya y melocotón, el más solicitado por los adultos es el batido conocido como “La Bomba”, preparado a base de borojó, ginseng y vino Sansón.
Ana vive en Las Lajas, Las Cumbres, y trabaja todos los días sin descansar. Por eso se despierta a las 5:00 a.m. para preparar y llevar los niños a la escuela. Luego se dirige a comprar frutas frescas para llevarlas al negocio, que abre a las 7:00 a.m., y ahí pasa horas atendiendo a sus clientes con amabilidad y cortesía hasta que llegan las 9:30 p.m., cuando el reloj marca la hora de regreso a casa.
Ella sabe que con esfuerzo y dedicación su negocio prosperará y así podrá seguir adelante y ayudar a su familia, que es su principal fuente de inspiración.