Un hombre vende gasolina en botellas de Coca-Cola, en la calle de un barrio de Manila. Los precios del petróleo se han incrementado en 50 centavos por cada litro de gasolina, diesel y kerosene, lo que ha provocado un rechazo a la nueva política de la recién elegida presidenta filipina, Gloria Macapagal-Arroyo, quien prometió establecer medidas para combatir la pobreza.
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