Los artesanos no tienen un banco en donde puedan depositar las ganancias del día. (Foto: Miguel Cavalli / EPASA)
Jesús Simmons
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No todo es color de rosa. A pesar del esplendor que se vive en la XXXI Feria Nacional de Artesanías, tras bastidores los artesanos viven otra realidad diferente en la que no todo es alegría.
Según Juan Miguel García, de la Asociación Nacional de Artesanos, capítulo de Herrera, a veces se busca un apoyo en las autoridades y no lo encuentran. Explicó que el equipo organizador de la feria los apoya con el transporte, pero ellos siempre quedan aportando algo por la carga y corren con los gastos de alimentación. Agregó que a través de una gestión entre el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) y el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) se les da el alojamiento en las instalaciones de esta última institución.
Juan Miguel recomendó que esta feria debería realizarse dos veces al año, para que los artesanos estén trabajando constantemente. También solicitó que el próximo año haya apoyo en la alimentación.
Por las situaciones ya mencionadas, en esta feria hay muy pocos artesanos de Darién, puesto que es muy costoso trasladarse a este evento, dijo Quirsio Flaco, un artesano darienita. Pese a esta realidad, ayer las personas asistieron a comprar sus artesanías y disfrutar de una feria de calidad, en donde los más sacrificados son los artesanos, pues el público desconoce las penurias por las que atraviesan estos panameños que luchan por ganarse la vida. Hoy termina la feria donde participan 475 artesanos.
AHORRATIVOS
Los artesanos se limitan en el gasto de la comida, para poder llevar algo de dinero para sus casas.