¿Quién dijo que a la hora de divertirse importa la edad o el estado físico de las personas? Basta tener voluntad, disposición y el apoyo de una familia para lograrlo.

Nuestros adultos mayores y familiares discapacitados merecen disfrutar de las vacaciones; pero, ¿cómo se logra esto?

RECOMENDACIONES:

Al principio de nuestro artículo hablábamos de voluntad, pues esa es la clave principal recomendada por la especialista consultada.

Según Itzel Saldaña, especialista en medicina familiar, los hogares se componen de diferentes miembros que a medida que pasan los años merecen igual atención, mejor que las que ofrecieron algún día.

Si nos referimos a nuestros ancianos, explicó que a ellos se les puede llevar al río, playa, parques o a visitar a otros familiares.

Saldaña asegura que siempre hay que sacarlos de las casas para que no se depriman, porque se sienten viejos e inútiles.

La especialista considera que con el apoyo de la familia se ha visto a señores mayores disfrutar de un chapuzón en cualquier playa. Y por qué no, recorrer todo el país en busca de diversión.

Si son personas que no caminan o deambulan por alguna lesión, por ejemplo no poder mover sus extremidades, los pueden llevar en silla de ruedas.

"Creo que todo depende de la disposición de los familiares", comentó la doctora.

"Lo importante es saber que un niño discapacitado es un niño que tiene un defecto, un trastorno, un estado anormal patológico que le limita su capacidad, tal vez de movimiento, de lenguaje, de entendimiento, pero no de felicidad, igual que un adulto mayor", aseguró Saldaña.