Los nervios hacían brillar sus grandes ojos negros. La bulla del aeropuerto, las lágrimas y los abrazos hacían latir más rápido su corazoncito.

La emoción que sintió Carla De León no era para menos, ya que ayer partió rumbo a Nueva Orleans en busca de su salud.

Su madre, Yazmery Montenegro, dijo que Carlita estaba un poco nerviosa, sobre todo cuando vio el avión, pero indicó que al poco rato su sonrisa regresó.

Quien estuvo con ellas todo el tiempo fue Vilma de De león, de la Fundación Huellas, uno de los motores que hizo avanzar el engranaje, que logró que esta actividad se llevara a cabo.

Se espera que regresen en una semana para iniciar la segunda parte de esta lucha en la que se sabrá el costo del trasplante y empezar a recolectar fondos.