Con una pertinaz lluvia que expresaba la tristeza que sentían en sus corazones, familiares y amigos le dieron la última despedida a Luis Alfredo Mena. Este obrero de la construcción perdió la vida junto a tres compañeros el pasado 26 de julio, en el edificio 7400 de San Francisco.
SIN EL AMOR DE SU PADRE
Mena dejó en la orfandad a dos niños que por su inocencia no logran comprender lo que ha pasado con su "papi", que se ha ido al cielo para protegerlos día y noche.
Con una solemne misa de cuerpo presente, los obreros y miembros de la empresa Corcione acompañaron al que un día fue un buen compañero de trabajo, con el que podían contar, pues siempre estaba a disposición.
Prueba de ello fue que el día del accidente se quedó horas extras, porque "nunca ponía peros, ni excusas para trabajar, pero por el lamentable accidente que ocurrió ese día, perdimos a cuatro de nuestros compañeros", manifestaron algunos de los obreros.
En su homilía, el presbítero "Popito" Quezada, de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, hizo énfasis en la cantidad de accidentes que ocurren actualmente, pues el Gobierno debe prestar más atención en estos casos y averiguar si realmente fue un accidente o falta de seguridad.
"Las personas están acostumbradas a decir "le tocaba" cuando alguien fallece, pero no somos nosotros quien decide el destino de cada uno", expresó.
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