Una selección de mucha suerte. Hoy día es todo un dilema conseguir una persona que cumpla con los requisitos para cuidar y asear una casa.
La mayoría de los hogares panameños, muchos formados por profesionales, se ven en la necesidad de contratar los servicios de una empleada doméstica, pero esta tarea no es fácil, pues hay que buscar una que sea buena y que no se convierta en una amenaza para el hogar.
Ante el temor de que no traten bien a los niños, se lleven los alimentos de la alacena, metan a personas extrañas y, en caso extremo roben prendas y dinero, hay que seguir buscando y tratar de aprender de las malas experiencias.
TESTIMONIOS
Aida Méndez ha sufrido esto en carne propia. Por su trabajo tuvo que contratar a una empleada doméstica para que cuidara a su hijo todo el día. Su búsqueda tardó más de un mes y al final encontró a una, pero fue una "cajita de Pandora".
"Al principio le expliqué a la persona cómo tenía que hacer las cosas, pero lo más importante era que atendiera a mi hijo de siete años, en la mañana antes de ir a la escuela y tenerle listo el almuerzo en la tarde.
A pesar que le tenía consideración, veía que no mantenía mi casa limpia y en una ocasión mi hijo me comentó que ella le había pegado, pero como no le vi ningún golpe no le creí, destacó la señora Aida.
Sin embargo, como todas las cosas que se ocultan salen a la luz, Aida no tuvo que buscar. A sus manos llegó una nota que había escrito su colaboradora y decía: "Ay Dios mío, te pido perdón porque le pegué a Carlos (nombre ficticio), él no tiene la culpa de mis problemas".
Junto a la misiva que estaba tirada en el piso del cuarto de la doméstica, había otra en la que escribía de una situación en la que se cuestionaba que era una mentirosa y que le había dicho a un joven que le gustaba y que ella vivía en la casa en donde laboraba.
Esto alertó a Aida. "Inmediatamente que me enteré de la situación fui más atenta y decidí despedirla", comentó la patrona.
Pero así como Aida tuvo empleadas malas, también tuvo buenas, cariñosas con su hijo, pero que con el tiempo se disponían a formar su propia familia y se iban, expresó.
TERRIBLE SITUACION
Carmen Camacho ha preferido no tener empleadas en su casa por los "chascos" que se ha llevado.
Recordó que una vez tuvo una joven que le hurtó su ropa interior, adornos de la casa y hasta la comida.
Pero la gota que derramó el vaso fue cuando se metió con una de sus mascotas.
Contó que ella salía muy temprano a trabajar, junto con Linda, un miembro de su familia y no regresaban hasta la tarde.
Una vecina le contó que su perro, "Benito", aullaba todo el día, como si algo le doliera. "Al día siguiente cuando lo estaba bañando, me sorprendió que cuando le rocé los testículos chilló. Lo revisé y resultó que estaba lastimado", dijo.
Una vez en el veterinario, le comunicaron que tenía gangrenado uno de sus testículos y tuvieron que operárselo.
Desde ese momento decidió no tener más domésticas en su casa.
Ahora el que le hace la limpieza a Carmen es Benjamín Herrera, quien hace el aseo una vez a la semana.
ALTERNATIVA
Herrera contó que desde hace años se dedica a las labores domésticas, pero que en los últimos años la paga no es igual y que en vez de ir mejorando, el salario se estanca.
Él es oriundo de Narganá, Kuna Yala y se gana la vida limpiando viviendas. Cobra 12 dólares por limpiar una casa y el negocio es más rentable que trabajar con una sola persona y que le paguen por mes.
Ha logrado tener varios clientes por su forma de trabajar y respeta las cosas ajenas, lo que hace que sus patrones lo recomienden.
UNA UTOPIA
Rodolfo Stanziola, director general de trabajo del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (MITRADEL), comentó que para diciembre de 2007 se hizo un ajuste a los salarios de las empleadas domésticas para Panamá, San Miguelito, Panamá Oeste y Colón, las que deben ganar B
134.00 y en el interior B/.120.00 por mes.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Stanziola aseguró que el MITRADEL recibe quejas por parte de las empleadas, por el no pago de los recargos, del salario correspondido y que no le den el día libre.
Reconoció que a ellas no se les cumple el pago del salario mínimo, por lo que recomendó que deben ir a la institución a interponer la denuncia y ellos se encargan de citar al empleador para que se ventile el caso. "Si no se da una solución, es potestad a la empleada llevar el caso ante los tribunales correspondientes", dijo Stanziola. La parte negativa se la llevan los trabajadores, si no se resuelve la situación y siguen en sus puestos de trabajo.
HAY ESCASEZ DE EMPLEADAS
En Panamá existen diversas agencias de empleos que se dedican a colocar domésticas y entre los requisitos que solicitan están: cédula, referencias laborales y personales.
Eddy Aguirre, gerente de la agencia de empleo PACCAE, comentó que para que una persona presente en su empresa su hoja de vida, es necesario que tengan una vestimenta normal, se prohíbe el uso de varios aretes, tatuajes y no debe tener dientes de oro.
Además, llevar referencias laborales y personales, no estar embarazada, comunicar si sufre de alguna enfermedad y especificar si es soltera o casada.
En caso que sea menor de edad, debe llevar certificado de nacimiento y sólo trabajarán como ayudantes por seis horas.
Destacó que se les aplican exámenes psicológicos y se le refiere a una clínica para que se le realicen pruebas médicas.
Según Aguirre, es común que las solicitantes oculten que son casadas, porque después tienen problemas con los esposos.
Las mujeres de 18 años a 40 años son las que más solicitan un empleo.
Expresó que resulta difícil colocar a personas mayores de los 40 años, porque el cliente quiere una activa para que jueguen con sus hijos, de ser el caso.
Por cada colocación cobran B/.50.00 al empleador y éste tiene la garantía de que, en caso de que la empleada se vaya, se le busca otra. Pero si no está satisfecha no se le devuelve el dinero, sino que se les da una nota de crédito temporal.
Las quejas más frecuentes de las domésticas es que las contratan para hacer un tipo de trabajo y cuando llegan a su puesto las ponen a realizar oficios que no fueron acordados en la contratación.
EXPLOTACION LABORAL
Mientras que hay unas empleadas domésticas que abusan de sus empleadores, existe un grupo mayor que son explotadas por sus patronos.
Según estudios de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en América Latina existen 12 millones de mujeres, entre ellas, niñas, como trabajadoras domésticas. La mayoría comienzan a laborar a los 12 años de edad y muchas no reciben una retribución justa por el trabajo que desempeñan.
El informe destaca que una de las humillaciones más frecuentes es que no pueden ingerir los mismos alimentos que consumen sus empleadores y otras reciben una alimentación de baja calidad, lo que termina ocasionándoles desnutrición.
Para la mayoría de las personas el trabajo de las empleadas domésticas es denigrante, desprestigiado y mal pagado y de alguna manera no es regulado adecuadamente, lo que dificulta que quienes lo ejercen puedan reclamar sus derechos, puntualiza el informe.
Ante cualquier temor o mala experiencia, domésticas y empleadores deben confiar en quién las contrata y a quiénes contratan.
TRABAJO DIFICIL
La OIT admite que el trabajo en casa es más problemático de lo que muestran las estadísticas, pues al desarrollarse, en el ámbito privado de las familias su medición real es muy difícil.
Rodolfo Stanziola del MITRADEL, dijo que es cierto que los salarios en Panamá no son los mejores, lo que hace que el salario para las domésticas sea menos.