Hace unos años, cuando era un gusto ver los noticiarios, la impresión que nos dejaban sus presentadores era de credibilidad, prestigio y respeto absoluto no solo a sus audiencias, sino al papel que sabían jugar dentro de los medios. Jamás vimos a Atenógenes Rodríguez, Mariana Fábrega, Raúl Eduardo Cedeño o Jenia Nenzen mofándose en pantalla de los personajes que hacen noticias y dándole paso a un niño para que jugara a hacer opinión en un noticiario estelar. Jamás vimos a Mayella Lloyd y Alfonso Fraguela celebrando que un personaje utilizara la credibilidad de su espacio informativo para hacer casi 'bloopers', con doble sentido, en nombre de noticias o porque le dieron un chance. Jamás vimos al "Fat" Fernández, Lisette Condasín, Celiano Fonseca, Julio Miller o Gabriela Gnazzo aplaudir a un muñeco payaso, que manipula mensajes que otros no se atreven a decir. En otras palabras, estos presentadores y sus respectivos directores de noticias sabían que un noticiario representaba el espacio más respetuoso de toda su programación. Sabían que estar ahí sentados era no solo un privilegio, sino una responsabilidad con el medio, con la audiencia y con sus propios nombres.
Ahora Rosa Lorenzo, Casimiro, El Caldero y Fulín, cuatro espacios antinoticiosos que se están apoderando de los noticiarios que, se supone, son franjas de prestigio y seriedad. Ahora ellos son más importantes que los presentadores de noticias y, lo que es gravísimo, es que emiten opiniones dentro de un espacio informativo, cuando se sabe que para eso existen los editoriales, que son la opinión de la empresa sobre un tema o situación en específico.
Con la excusa barata de que la gente quiere espacios más 'lights', los productores y directores de noticiarios, excepto RCM Noticias, hasta ahora, están apostando a ponerle un tono de gracia o picardía a los espacios de información convirtiendo lo que se supone debe ser algo serio en un relajo, pero más allá de eso, es que en semejante disparate que parece les resulta en generación de opinión y audiencia- se están llevando la credibilidad de sus "anchors", de su espacio e inclusive de la información que transmiten.
¿Cómo se les puede creer a Jenia Nenzen y José Escobar, si con el profesionalismo que presentan sus notas anuncian a Fulín? ¿Cómo se les puede creer a Álvaro Alvarado y Maritza Muñoz, si conversan en el mismo espacio serio con Casimiro, igual que lo hacen con un Ministro? ¿Cómo se les puede creer a Alexandra Ciniglio y Eduardo Lyn Yuen, si con los años que tienen de experiencia aplauden las incoherencias que presenta Rosa Lorenzo? ¿Cómo se les cree a Siria Miranda, Iván Donoso y José Ricardo Muñoz, si celebran 'El Caldero' en el espacio sagrado por el que dan la cara? ¿Quién en estas televisoras tiene tan poco respeto a la trayectoria de todos estos "anchors", que en vez de cuidarlos los descuida de esta forma? ¿Será que los presentadores no se dan cuenta?
Una cosa es que Casimiro saliera en Debate Abierto, que era un espacio de opinión, y otra que sea casi presentador de noticias. Una cosa es que Rosa Lorenzo y El Caldero sean parte de 'Al Descubierto', y otra muy diferente que sean parte de sus noticiarios. Una cosa es que Fulín aparezca en Parecen Noticias, y otra que ahora sea parte de noticias. Solo un recorderis: según la Real Academia Española "noticiario" es un programa de radio, cine o televisión en que se dan, generalmente ilustradas, noticias de actualidad. Sí, lean bien, ¡noticias! Por ningún lado dice que es hacer de temas serios un mal chiste.