El trabajo arduo y los ejercicios han mantenido en forma el espíritu juvenil de Victoria Moreno, una mujer, cuya edad no quiso revelar, pues según ella, no lo dice "porque eso es privado".

Desde 1992, Victoria atiende un humilde puesto de venta de frutas en calle 17 de Santa Ana. Todos los días, desde temprano, se le puede ver con su singular sonrisa arreglando sus frutas. Rodajas de piñas, papayas, naranjas y ensaladas de mango, son preparados con mucho cariño por ella.

Con hijos ya grandes, Victoria se ha dedicado a ayudar a su esposo, quien se encuentra desempleado, pero que siempre la ayuda a comprar y acomodar las frutas. "En estos últimos años ha sido un poco difícil, pues mi señor no tiene trabajo, y se la pasa buscando trabajitos; además la venta de frutas ha estado difícil, y los precios han subido" expresó.

A pesar de todo, Victoria no pierde las esperanzas ni el empeño, ya que siempre recoge para pagar las cuentas. Antes de las frutas se dedicaba a la venta de pollos asados, pero el calor le afectaba, por lo que decidió cambiar.

¡Ah!, pero eso no es todo, pues luego de terminar de vender las frutas, como a eso de las 3: 00 de la tarde, Victoria llega a su casa a cocinar y alistarse para ir al gimnasio a hacer ejercicios. Con tanta energía, Victoria es el vivo ejemplo de que no hay que quedarse quieto, por lo que recomienda a todos que "no se queden acostados, ni arropados, porque Dios dijo: ayúdate que yo te ayudaré. Hay que salir a la calle a ver qué pasa".

QUERIDA

Victoria es muy conocida por los moradores de calle 17 de Santa Ana. "Me llevo muy bien con todos" .