Ahora sí que Madonna pasó los límites y se ha convertido en una blasfema. ¿Por qué? Pues no le importa con nadie, ni con el Vaticano, ya que hoy ha decidido cantar en Roma crucificada. Así es, siguiendo con su gira Confessions, cantará con una corona de espinas mientras se mantiene colgada de una cruz en el escenario, igual que lo hizo en otras partes. ¡Dios mío!
|